lunes, 25 de enero de 2016

Pastel de carne con tortilla de patatas envuelto en bacon, y el marido de la peluquera.


Yo canto en la ducha. A todo pulmón, además. Esa mañana tocaba copla española y di todo un recital que acabó con Y sin embargo, te quiero, cuando ya enfilaba el pasillo para ir a la cocina a organizar el día. Me vi en el espejo de la entrada.

- Dios mío de mi vida, ¡qué pelos más innobles!-, recriminé a mi propia imagen, una vez que me observé con claridad, me había peinado entre la bruma del vapor del baño. Necesitaba con urgencia un corte de pelo, un buen teñido y los cuidados de un peluquero. El problema era que no tenía hora, pero teniendo en cuenta que era un martes, fin de mes y estaba medio nublado, no me importó. Me envolví en una pashmina, me colgué el bolso y me fui a la aventura a ver si alguien me podía atender. Decidí ir a la peluquería de Vero, que hacía como dos años que no aparecía por allí.

Llegué y no había nadie, qué suerte. Salió una niña como de quince años.
- ¿Tú eres la hija de Vero?
- Sí.
- ¿Está tu madre?
- Sí, ahora sale. ¡Mamá!-, llamó la niña.
- Hija, Vero, por dios, ¡tú estás peor de la úlcera!-, solté yo al verla. Demacrada, más delgada, con ojeras...
- Es que, me estoy separando-, se justificó mirando de reojo a su hija.
- Ay, cuánto lo siento, mujer. ¿Me puedo quedar, que vengo sin hora?
- Sí, te atiendo ya. Siéntate.

Y ahí dio comienzo mi diem horribilem. Me contó toda la historia de pe a pa, yo con la cosa esa que te ponen que es como un cuello de goma con dos pesos de plomo que te aplastan la caja torácica por delante, y luego una especie de capa de plástico que da un calor tremendo y la toallita por encima. Sin escapatoria. A ver cómo sales corriendo con todo eso.


- Pues mi marido se ha ido con otra. Ella y su marido eran nuestro mejores amigos-, empezó mientras aventaba mis pelos con los dedos.
- Vaya, mujer... Si es que la vida se pone a veces que ... -, contesté yo, intentando quitar hierro al asunto-. Me voy a cortar y teñir. Tendrás por ahí mi ficha, ¿no?.
- Sí, claro. Y llevamos casi dos años liados de abogados, que cada vez estamos peor.
La cosa no pintaba bien, Vero estaba muy exaltada.

Se fue a preparar el tinte al cuartito de atrás, que es lo que hacen siempre los peluqueros y yo pienso si no le echaran ancas de rana, ojos de lagarto o alguna de esas cosas que ponen en sus pócimas los brujos de los cuentos, porque la verdad, es que no entiendo tanto secreto.
La niña estaba sentada tras mostrador de la recepción delante de un libro de texto al que no miraba, ocupada con el móvil como es natural.
- Qué, estudiando un ratito, ¿no?-, comenté a ver si hablando de asuntos académicos, cambiábamos de tema.
- No. Hablando con mis amigas.
Era lo que se dice, una adolescente enfadada, mejor no insistir.
- Y mi padre se ha puesto malo, la niña ha suspendido casi todas y está en un plan que no veas...-, volvía diciendo Vero mientras removía el potingue en la perolita del  hechizo.
- Cuando pasa esto, todos os ponéis mal, hay que entenderlo. Oye, ¿este es el tiente de siempre? Tiene un color así como raro...
- Claro que es el de siempre, ¿¡Por qué no iba a ser el de siempre!? Eso es que no te acuerdas.
Total, que se lió a darme brochazos, cabeza para un lado, cabeza para otro; ahora te doy un empujón para que la bajes; y luego te la subo con un tirón desde la frente. Un mareo... Todo el tiempo hablando del asunto, cada vez más nerviosa. La niña se levantó y se fue. Los treinta minutos siguientes, mientras prendía el tinte, la atmósfera se fue cargando de manera creciente. Me lavó el pelo y pasamos al corte. Empuñó las tijeras.











- Y encima, se quiere quedar con la mitad de la peluquería, como ella es holandesa y no trabaja...
Que no veía yo la justificación, pero cuando alguien con un arma en la mano y en ese estado dice algo, sea lo que sea, más vale no preguntar. Yo, callada.
Las tijeras volaban dando chasquidos, Vero ya estaba encendida y no miraba nada.
- Esto..., Vero, que no cortes demasiado de atrás.
Tarde. Llegué tarde. El cogote al aire. Ya estaba recortando las patillas.
- Hija, es que tienes tienes una cabeza muy difícil, llena de remolinos y con el pelo liso, tú me dirás.
Cuando terminó, ni me atreví a mirarme. Pagué, intenté consolarla y me fui. Recorrí los cincuenta metros que me separaban de casa esperando que no me viera nadie conocido.

Al llegar, se quedaron todos mirando. Rosana dijo "Oh"; yo me armé de valor, fui al espejo de la entrada y me miré con calma.
- Pues, quitando los trasquilones y el ostensible tono verdoso del tinte..., tampoco está tan mal -, sentencié con mi mejor ánimo y me fui a mi cocina cantando Ay Mari Cruz.

Pastel de carne con tortilla de patatas envuelto en bacon

Ingredientes.

! kg de carne picada, mitad cerdo y mitad ternera,
600 gr aproximadamente, de patatas.
250 gr de cebolla picada.
4 ó 5 huevos.
5 pimientos verdes para freír.
3 dientes de ajo.
100 cc de vino blanco.
18 ó 20 tiras de bacon ahumado.
Perejil.
Pimienta blanca molida.
Sal.
Aceite de oliva.

Elaboración.

Disponer la carne picada en un cuenco amplio. Salpimentar. Mezclar con el ajo y el perejil picados. Yo también pongo un poco de ketchup, pero ese día no tenía. Añadir el vino blanco y unir bien.
Forrar un molde de plum cake con las tiras de bacon, solapándolas unas con otras para que no queden huecos y haciendo que sobresalgan por los bordes, de manera que luego se pueda tapar la preparación con ellas.
Freír los pimientos, quitarles el pedúnculo y las semillas. Reservar.
Freír las patatas con la cebolla como para tortilla de patatas. Escurrir y mezclar con los huevos batidos, una vez que están tibias. Salar.
Colocar la carne aliñada en el fondo del molde, sobre las tiras de bacon. Repartir bien y nivelar.
Encima, los pimientos verdes fritos.
Sobre éstos, la mezcla de huevos, patatas y cebolla.
Tapar con el sobrante de las tiras de bacon.
Entrar al horno precalentado a 200º aproximadamente, calor arriba y abajo, durante 40 minutos. Comprobar con un cuchillo que esté cuajado.
Si el bacon se tuesta demasiado, cubrir con una hoja de papel de aluminio.
Desmoldar dando la vuelta en una fuente de horno, y gratinar hasta que el bacon se dore.
Servir tibio o frío.





6 comentarios:

  1. Peligrosísimo eso de ponerse en manos de una peluquera un poquito desquiciada por desengaño amoroso. ¡Dios santo, menos mal que el pelo crece!. La receta fantástica, como siempre, hermana.. :)

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    1. Me dio una penita, la pobre... Por eso, se le puede perdonar el pelado 'artístico' que me hizo.
      Gracias, hermana y besitos.

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  2. Hola !!
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    1. Hola Gorka!
      Gracias a ti por visitar mi blog y comentar tan amablemente, siempre agradezco constatar que alguien me lee.
      He visitado tu blog, ya tienes mi voto. Suerte, pero que conste que no me has pedido el voto :D

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  3. Ajajjajaaj menos mal que todo te lo tomas de buen humor

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